Tu rutina, tus reglas:El movimiento es autocuidado

Pareja corriendo en sendero en medio de naturaleza
Moverte con alegría y sin culpa es cuidar de vos. Elegí la actividad que disfrutes y permitite fluir, cambiar y disfrutar el proceso.

Hoy queremos hablarte de algo súper importante para sentirnos bien por dentro y por fuera: el ejercicio… pero con flow, con diversión y con cero culpa. Porque sí, mover el cuerpito es clave, pero nadie dijo que tiene que ser aburrido o doloroso. ¡Al contrario! Es hora de darle un twist bonito a nuestra rutina.

Encontrar una actividad física que de verdad disfrutés lleva su tiempito, y está bien. A veces nos enamoramos de una clase y luego simplemente ya no vibra igual. Y ¿sabés qué? Eso también está perfecto. Permitite cambiar, fluir y probar cosas nuevas.

Correr

La corrida tiene esa magia de liberar la mente mientras movés el cuerpo. ¿Lo mejor? Podés llevar tus tenis en la maleta y correr en cualquier parte del mundo. Si estás de viaje, fijate si hay alguna carrera o media maratón en esa ciudad. ¡Es la excusa perfecta para conocer nuevos lugares, hacer turismo diferente y conectar con otras personas que también aman moverse!

Nadar

Si el cardio tradicional te hace poner los ojos en blanco, metete al agua. Nadar es una opción top, porque combina cardio con fuerza, sin castigar tus articulaciones. Además, mejora el ánimo y es buenísimo para la salud ósea, especialmente si sos mujer y estás en etapa de cambios hormonales. ¿Un tip? Probá estilos diferentes como mariposa o pecho y sentí cómo trabajan músculos distintos.

Y si te animás, con el tiempo podrías prepararte para una competencia de aguas abiertas. Imaginate nadando en el mar o en un lago, conectando con la naturaleza y superando tus propios límites

Crossfit o Calistenia

¿Querés algo más intenso? CrossFit o calistenia pueden ser justo lo que buscás. Son súper retadores, pero también muy funcionales. Mejorás tu fuerza, resistencia y coordinación, y lo mejor es que podés ver avances reales en poco tiempo. Vos controlás tu ritmo, y cada día te sentís más poderoso.

Y si tenés cero tiempo, hacé mini movimientos durante el día. Saltitos, estiramientos, una canción para bailar en la sala… todo suma.

La clave está en moverte con alegría, con amor propio y sin presión. Porque cuidar de vos también es un acto de cariño. Así que encontrá lo que te hace bien y disfrutalo, que tu cuerpo y tu mente te lo van a agradecer.

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